Exacto.
Mirar, entre mis comentarios de la entrada anterior hay un anónimo que me pregunta:
¿Existe el espíritu navideño?
Y mi amiga Tere me dice: “yo creo que si no estarían próximas estas fiestas tu espíritu seria el mismo”
Pues así es, como dice Tere, lo único que cambia es que cuando nos reunimos mis padres, hermanos y sobrinos, en vez de hacer una de mis famosas ensaladas de pasta y mi solomillo de cerdo con crema de leche, hago sopa de galets y pavo relleno, en vez de helado de vainilla adornado con chocolate caliente o salsa de fresas, pongo turrones y mantecados.
Pero yo y ellos, somos los mismos. El consumismo que hacemos ese día es recibir un regalo, desde que la familia creció, decidimos que solo los peques recibirían regalos, el día de los Reyes Magos, y el día de su cumpleaños. Hasta la edad de 18 años, a partir de ahí, regalo de cumple no hay y se unen al amigo invisible por Navidad. Es decir que consumir, consumir, poco hacemos, además, el regalo que nos corresponde, siempre es algo que necesitamos, un pijama, colonia, medias o algún buen libro que deseamos leer.
¿Que cambia por ser Navidad?, pues que adornamos la casa con adornos tradicionales que han pasado de padres a hijos durante generaciones, que brindamos por estar juntos y nos deseamos un buen año. Lo de brindar es todo un acontecimiento ya que en mi familia somos abstemios o casi, y ese día se abre una botella de cava, y todos nos mojamos los labios. Nos reunimos todos el 24 por la noche, y luego cada oveja a su corral, pero a la semana siguiente o la otra o la otra, sabemos que nos volveremos a reunir, no será Navidad, pero no por eso se nos quita las ganas de vernos.
Mi hija va desde hace unos sábados a dar de comer a gente necesitada, sabéis que mi adolescente siempre me sorprende, y ahí me cogió desprevenida, siempre me coge desprevenida, sé que es buena de naturaleza, aunque tenga un gran caparazón y parezca que pasa de todo.
Me sorprendió, porque va a uno de los barrios marginales,… yo tengo pavor…, porque pone la mesa, da de comer, quita la mesa, friega los platos y otra vez a empezar hasta tres veces,…y en casa la he de perseguir para que ordene su habitación.
Eso que hace mi hija desde hace unos meses, para mi es espíritu navideño, y me es igual que sea en diciembre, que en marzo, junio o octubre. ¿Entendéis?, Si mi hija por voluntad propia hace esto que os he explicado, será que le hemos enseñado algo bueno. El primer día que fue para mí fue Navidad.
Como dice mi amiga Tere el espíritu navideño lo llevamos todo el año, solo que en este mes de diciembre lo adornamos.