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miércoles, 22 de julio de 2009

Mis historias de ordenador


Palabras voraces recorrían mis ojos.


Creí en ellas.


Cómo se ensartaban.


Bailaban.


Entre puntos, comas y signos de admiración.


Noté que las letras entraban en mí.


Pero…


Desperté.


Cuando escribió el adiós.


Esas letras unidas de despedida.


Rompió el hechizo.


Creí en las frases con ritmo.


En una puerta de salida al mundo exterior.


Pero…


Fue algo etéreo.


Entre mi mundo…


Y la pantalla táctil de última generación.


Soñé o bendita ilusión (becqueriano total)
Que mi mundo se abría…
Solo conseguí sentirme peor.







Este poema escrito hoy en la consulta de un laboratorio, (ya explicaré un día lo que hago ahí).
Quería ser serio, decir lo que sentí en una ocasión cercana, pero el final no lo acompaña, ¿será que ya estoy mejor y me lo tiro todo a la espalda?




Por cierto, no tengo pantalla tactil.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

es decir,que si aprietas el bes0 medi0 que te suel0 mandar se despega? se sale d ela pantalla y puede v0lar a tus mejillas???
es decir, si tienes pantalla tactil, inclus0 puedes t0car, acariciar??'
uy uy uy...
medi0 bes0, trabajad0ra de l0s siti0s mas rec0ndit0s.

goyo dijo...

Un beso amiga...
y un abrazo tambien...

ShaO dijo...

mmm y yo que te había dejado los besotes pegados en la pantalla por aquello de lo táctil. Prueba que igual tirando salen...
Estate mejor sí. UN abrazote con todas las letras y más cariño : )

aapayés dijo...

Un poema maravilloso, El beso..

me lo quedo.


Saludos fraternos con cariño
un abrazo

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Muy lindo y etéreo!...precisamente!...y eso de las pantallas táctiles (tampoco tengo) se presta bastante para sentir(casi) la presencia del otro en el ordenador.

un abrazo!