Y vuelvo a cambiar de trabajo...

Sabéis que andaba entre vatios y amperios, pues decidí al final cambiarlo por dar información en general y lo que quieran en particular… ¡Ay, Dios mío!... Vaya cambio hice. Salí de las brasas para meterme en el fuego.

Ahora me paso mi jornada laboral, intentando averiguar donde se alquilan paellas para 500 personas, cuantos dientes tiene un tiburón, que películas hizo Humphrey Bogart,… bueno, miento,… estas preguntas si me las hacen a mí, pero como en la pantalla de mi monitor tengo un relojito que me va cambiando de color, hasta 50 segundos verde, 1 minuto 10 segundos amarillo y en 1 minuto 40 rojo chillón,… ¡alarma!, a partir de ahí puedes encontrarte dos cosas, bronca del cliente o toque del coordinador, dependiendo de los minutos que lleves en rojo. Pues para las preguntas de estas características he de rellenar un papel con la búsqueda a efectuar y el coordinador es el encargado de buscarla y enviar la respuesta. Y yo así no preocuparme del reloj, porque la verdad podría explotar, si hago yo la investigación, mientras tengo al cliente en el telefono.


Lo malo es cuando me llama una señora y me dice niña,… me encanta que me llamen niña…, acabo de pasar con el autobús por una tienda de animales, tenía un perro monísimo en el escaparate, ¿me podrías dar el teléfono?


Y yo, a cuadros, empiezo a indagar.


Señora ¿desde qué localidad me llama?


La señora: pues desde la que vivo.


Muchas gracias señora pero yo no sé donde vive usted, la señora un poco mosqueada, eso que yo no sepa donde vive no le ha gustado nada, me dice la localidad, a regañadientas.


Después le pregunto la calle por donde pasaba el autobús, ella me dice el número del bus, una pista buenísima, pues yo ni si quiera vivo en su localidad, intento que me diga el nombre de la tienda, y me contesta que algo de animales” noseque”, el reloj no solo esta rojo chillón sino que echa humo, al final le digo que con los pocos datos que me facilita me es imposible hacerle la búsqueda del teléfono de la tienda de animales que ha visto desde el autobús, y toda indignada me dice ¿ y vosotros sois los que encontráis cualquier número de teléfono? Y me cuelga.


A ver seamos lógicos, nosotros podemos dar información de teléfonos con un mínimo de datos, pero que este mínimo al menos sea algo concreto y de ayuda para localizar lo que se busca. Yo no iba en el autobús con la Señora y si hubiera ido igual ella y yo no miraríamos por la misma ventanilla.


Intentamos averiguar pero no somos videntes.


Y esto no es nada, esto solo es un granito, creo que cuando acabe de trabajar aquí podre escribir un libro de lo que se llega a preguntar en un teléfono de información.


Os sorprenderíais.


Yo llevo una semana y estoy alucinando pepinillos.